domingo, 29 de noviembre de 2009

Historias de no dormir V: apariciones

Cada vez me asombro más de la calma con que me tomo determinadas circunstancias. Porque lo de la otra noche fue para subirse a la lámpara del susto. Pero yo estoy curada de espanto. Creo que ya estoy preparada para convivir con un poltergeist, ente cósmico, espíritu con mala leche o cualquier otra manifestación que pudiera aparecer.

Os pongo en situación. Dormitorio de nuestra humilde morada. 4 de la mañana.

Un extraño murmullo me despierta. Abro un ojo e intuyo un bulto sospechoso de pie en la esquina de la habitación. La miopía y la oscuridad no ayudan a que la visión fuera demasiado nítida, por lo que la imaginación y el sueño me habrían podido jugar una mala pasada que me habría hecho gritar como una loca llamando a los cazafantasmas.

Pero una ya está acostumbrada a los encuentros nocturnos en la tercera fase. Tengo que reconocer que instintivamente, miré al otro lado de la cama. Vi que estaba vacío. Si yo soy yo y estoy en la cama y el otro lado está vacío, por eliminación, quien estaba de pie farfullando cosas ininteligibles y haciendo aspavientos con las manos no podía ser otro que Mi Santo.

Cuando le pillo hablando no puedo resistirme a escuchar un rato a ver de qué va el discurso. Esta vez no se entendía gran cosa y preguntarle le iba a cortar el rollo. Aún así estaba claro que estaba discutiendo con alguien en sueños y que eran temas de trabajo. Últimamente no falla. Semana chunga de trabajo es igual a numeritos nocturnos. El estrés que es muy malo pa’ tó.

A pesar del nivel de concentración que parecía tener en el discurso me costó menos de lo esperado volver a meterle en la cama.

No lo considero muy probable, pero como una noche se nos aparezca algo en casa, seguro que acabo echándole la bronca y metiéndole en la cama con nosotros. Sería la comidilla de las tertulias del más allá.

A la mañana siguiente, por supuesto, Mi Santo no se acordaba de nada. No sabía muy bien cómo describir la pinta que tenía y lo que decía, hasta que me acordé de este vídeo. Y básicamente era igual pero estándose quietecito en el sitio.

3 comentarios:

Chelo dijo...

jajaja, yo soy de las que primero pega el grito y luego me planteo que la opción más probable no es motivo para tanto escándalo, así, si cuela, ya tengo el grito pegado...
bss,

Isa dijo...

joer, tía... qué aplomo... con lo cagona que soy yo!! a mi me pasa algo así y meto la cabeza debajo de la sábana a esperar a que se esfumen los fantasmas!

Inverosímil dijo...

La costumbre que es lo que tiene.

Yo creo que me podía presentar para ama de llaves del Palacio de Liria y, si me encuentro a la niña esa de la psicofonía, la mando para la cama con las mismas.