domingo, 21 de junio de 2009

Velatorios

Por desgracia hemos pasado recientemente por dos de estos eventos tan desagradables. No son plato de gusto para nadie pero quizá por que son momentos muy tristes, las pocas cosas cómicas que pasan se vuelven hilarantes.

Se puede dejar a un lado los encuentros con familiares que ni recuerdas que no dejan de achucharte los mofletes y asombrarse de cuánto has crecido. (Señora, no, no me acuerdo de usted porque la última vez que la vi tenía dos años y tampoco voy a crecer más porque hace 14 años que dejé de hacerlo).

En el velatorio de mi güeli tuvimos tal concentración de señoras mayores de 80 años que se acabaron las sillas de la sala (si las pobres se sientan en un sofá luego no hay quién las levante) y estuvimos a punto de contratar un servicio de ambulancia a la puerta por lo que pudiera pasar.

La tía Maruja es especialista en dar ánimos:

- Esto va a ser muy duro. La vais a echar mucho de menos. Y tienes que cuidarte que tienes muy mala cara. Te veo muy estropeada.

Muy agradable la señora. Se supone que está medio ciega pero es que sólo ve lo que le interesa. Cuando estás a punto de mandarla al carajo y pegarle un empujón a ver si la abduce un sofá , respiras hondo y haces como que te llaman por otro lado para no liarla.

Aún así y de momento, la ficción supera a la realidad y se encuentran cosas tan divertidas como “Un funeral de muerte”. Otra terrible traducción de un título original (“Death at a funeral”) como a las que nos tienen acostumbradas las distribuidoras. Aún así una película altamente recomendable.


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